El avance del plan de vacunación, que ganó ritmo en las últimas semanas, y un ligero descenso de los casos de coronavirus que se reportan a diario se conjugaron para permitir que la campaña electoral de 2021 empezara a calentar motores en estos días, en medio de la segunda ola de la pandemia de Covid-19.
Cuando aún resta poco más de un mes para el cierre de listas, en el oficialismo resolvieron que el jefe de Gabinete, Santiago Cafiero, liderará la estrategia comunicacional del Frente de Todos (FdT), antes de que las distintas fuerzas que integran la coalición de Gobierno comiencen formalmente a negociar el armado político de cara a las próximas elecciones.
En tanto, en la oposición, la alianza Juntos por el Cambio (JxC) deliberadamente salió a ventilar en público en los últimos días sus disputas internas por candidaturas y poder territorial, mientras nuevos jugadores asoman en escena, como el especialista en neurociencias Facundo Manes, lo que supone intrigas adicionales para el melodrama que vienen ofreciendo el PRO, el radicalismo y la Coalición Cívica (CC).
Más allá del detalle fino de lo que está ocurriendo en filas de JxC, en un momento de tensiones en ascenso que se ve reflejado en declaraciones altisonantes de referentes del espacio prácticamente a diario en medios de comunicación, los próximos comicios se presentan como un verdadero desafío para la ex agrupación gobernante pensando en su continuidad como tal.
En este sentido, si bien ha puesto de manifiesto sus diferencias con ex presidente Mauricio Macri recientemente, la líder de la CC, Elisa Carrió, ensayó un «último llamado» a la unidad de Juntos por el Cambio con vistas a las elecciones legislativas de este año, al tiempo que advirtió que tanto su partido como el radicalismo están «cansados de los destratos» por parte del PRO.
La campaña proselitista de 2021, que oficialmente comenzará el 29 de julio próximo, cinco días después de la fecha establecida para la presentación de los precandidatos (cierre de listas) de cara a las PASO del domingo 12 de septiembre venidero, ya se perfila para mostrar un marco de intensa polarización, como sucedió en anteriores contiendas electorales en el país.
Resulta insoslayable que en el escenario político doméstico conviven hoy por hoy dos figuras antagónicas con notorio peso
específico cada una y que dividen aguas en el universo electoral, como la vicepresidenta y líder del FdT, Cristina Fernández de
Kirchner, y el fundador del PRO, Macri.
Así como quedó demostrado en las elecciones de 2019 que el peronismo opositor -en aquel momento- sin Cristina enrolada en sus filas no podía ganar, de igual modo que no alcanzaba solo con ella para alzarse con un triunfo, una coyuntura similar parece enmarcar ahora las deliberaciones que desarrolla JxC en torno del rol del ex jefe de Estado y del equilibrio interno de las fuerzas políticas que integran la coalición.
Está claro que el PRO, el radicalismo y la CC juntos en los próximos comicios pueden ganar o perder frente al oficialismo, pero separados es extremadamente improbable que consigan una victoria. Así las cosas, más allá de las discusiones del estilo de reuniones de consorcio que llevan adelante en la actualidad, en algún momento tendrán que sentarse y negociar.
El rol de Máximo Kirchner
En el oficialismo, en tanto, el panorama luce distinto. Si bien el FdT también deberá en el corto plazo transitar por un proceso de discusiones internas antes del cierre de listas, entre las distintas agrupaciones que componen la alianza, es de esperar que el ritmo lo marque el Instituto Patria en la «danza de nombres» que se avecina.
Resulta público y notorio que la principal referente del espacio es la vicepresidenta y en este sentido, es altamente probable que su hijo Máximo Kirchner, jefe del bloque de diputados del FdT en el Congreso, cumpla un rol preponderante en las próximas semanas en las negociaciones por el armado de listas.
Asimismo, según confiaron a NA fuentes del oficialismo, una vez que regrese de su gira por Estados Unidos, se espera que el presidente de la Cámara baja, Sergio Massa, también desempeñe un papel activo en esas deliberaciones, al igual que Máximo, con participación además del mandatario Alberto Fernández en esa mesa.
De todos modos, un aspecto distintivo que tendrá esta campaña electoral dentro del oficialismo es que la estrategia nacional no necesariamente se resolverá desde la Casa Rosada, dada la condición de la provincia de Buenos Aires (con Axel Kicillof a la cabeza) como principal aliada política del Instituto Patria y el especial interés que tiene depositado el kirchnerismo en ese territorio.
Queda mucho por resolver aún de todas maneras, ya que la contienda electoral 2021 acaba de comenzar. En el oficialismo, si bien tienen decidido apostar a la confrontación con JxC, anunciar obras, ensalzar los avances de la campaña de vacunación contra el coronavirus y tratar de generar la sensación de que se avecina un futuro económico más próspero en el corto plazo, provoca intriga por estos días el rol que puedan desempeñar en las elecciones los actualmente indecisos.
Es decir, claramente existe un sector de la sociedad que jamás votaría al kirchnerismo y otro que nunca respaldaría al macrismo en las urnas: los llamados «núcleos duros» que lograron atesorar cada una de las dos principales fuerzas políticas de la actualidad. Pero alrededor de un 20-25 por ciento del electorado todavía no resolvió qué determinación tomará en el cuarto oscuro e incluso es muy probable que se decida bastante más cerca de los comicios.
¿Qué pesará más en la balanza electoral de esos indecisos llegado el momento de votar? ¿El progreso del plan para inocular a la población en medio de la segunda ola de la pandemia de Covid-19 o los resabios de la indignación que les pudo haber generado el escándalo por el «vacunatorio VIP»? ¿Las medidas de coyuntura del Gobierno para paliar la crisis económica o la decepción por la insólita -a la luz de los hechos- meta de inflación del 29% anual que se apresuró a establecer la Casa Rosada?
En el FdT existen quienes creen que tanto el jefe de Gobierno porteño, Horacio Rodríguez Larreta, como el propio Massa, de un lado y del otro de la «grieta», podría desempeñar un rol cardinal en la disputa por el voto de los indecisos.
Todo eso y mucho más está por verse. Lo cierto es que, puertas adentro, en el Gobierno admiten que esa previsión vinculada con el aumento del costo de vida en la Argentina se convirtió en una utopía. «Estamos asumiendo la realidad», aseguran en Balcarce 50, donde claramente entienden que la «pelea económica» será uno de los aspectos fundamentales en esta campaña proselitista que, en los papeles, acaba de largarse.
Escrito por Emiliano Rodríguez en NoticiasArgentinas